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Las piezas de bronce descubiertas en los asentamientos dacios de las Montañas Orăştie impresionan no sólo por su cantidad, sino también por la calidad de su ejecución, que demuestra el alto nivel de los conocimientos técnicos combinados con el sentido artístico y el refinamiento, poseídos por los maestros que les han realizado. Asimismo, indican la existencia de una clientela interesada en tales bienes y demuestran el gusto de los dacios por ciertas categorías de productos de moda que, en este contexto, dan testimonio de una serie de actividades y prácticas que superan muchas veces la esfera de lo cotidiano.
No importa si nos referimos a las piezas de mobiliario o a las de iluminación (candiles), a los instrumentos de medición y replanteo o a los vasos de bronce descubiertos aquí, el panorama general es el de un medio que ha tenido vínculos estrechos con el Imperio Romano. Así, en el período comprendido entre el siglo I a. C. y la conquista romana, objetos de bronce producidos en los talleres que funcionaban en la península itálica (Campania - Capua, Aquileia) y en provincia de Gallia (en la segunda mitad del siglo I d. C.) llegan a las Montañas Orăştie debido a las relaciones comerciales existentes y experiencias o contactos individuales. Ilustran el arte del procesamiento del bronce y la elegancia típicos para los talleres de Italia en este intervalo de tiempo en que los objetos de bronce combinan en un equilibrio que raras veces se alcanzará ulterior, en el contexto de la generalización de la producción masiva en serie, lo estético y lo funcional.
Vistos desde la perspectiva de su uso, los vasos de bronce descubiertos en esta región pertenecieron sobre todo a los servicios para preparar y servir las bebidas. Entre estos destacan los vasos para mezclar el vino (diferentes tipos de cubos del período republicano tardío, cacerolas, la presencia excepcional de una manija que procede de una crátera de bronce en la fortaleza de Costeşti) y los para servir (diferentes tipos de cántaros). A ellos se suman los estanques de grandes tamaños que aparecen en este entorno a partir del período augusteo y que se utilizaron como parte de los servicios para lavar o como vasos para mezclar las bebidas en las regiones fuera de las fronteras del Imperio Romano.
Además de su valor intrínseco, ofrecido por el material del cual fueron realizados, al cual se añade la calidad de la ejecución técnica y artística, ellos esconden, muy probable, una serie de gestos y acciones con una fuerte carga simbólica. A menudo, estas piezas de bronce jugaron un papel importante en la afirmación y confirmación del estatus y prestigio de las élites dacias de la región. Seguramente algunos de ellas, como el cráter de Costeşti o el candil de Luncani – Piatra Roşie, han sido utilizados en entornos suntuosos que han caracterizado, indudablemente, el asentamiento dacio de las Montañas Orăştie.