La primera información que tenemos sobre las ruinas de Grădiştea de Munte data desde los principios del siglo XIX. Entonces, la administración austriaca ha mandado a sus representantes a investigar el fenómeno de la aparición de unos tesoros de metales preciosos en la zona. Los emisarios imperiales han registrado en sus informes oficiales la existencia de una fortificación y varios edificios de piedra, además de muchas piezas descubiertas.
Durante el siglo XIX, Grădiştea de Munte fue en atención de eruditos y coleccionistas de antigüedades. Algunos de ellos han cavado en diferentes partes del antiguo asentamiento.
Las primeras excavaciones sistemáticas fueron iniciadas después de la Primera Guerra Mundial, en 1922-1924, cuando el profesor de Cluj D. M. Teodorescu ha investigado la fortaleza y el gran templo circular. En 1950 comenzó el proyecto de investigación arqueológica de gran alcance del sitio, bajo el liderazgo del profesor Constantin Daicoviciu. Desde entonces y hasta el presente han sido llevados a luz elementos de fortificación, edificios de culto, talleres metalúrgicos, instalaciones de captura y abastecimiento de agua, viviendas y sus anexos.